Con una trayectoria de más de 30 años en el mundo de los seguros, Bravo y Cía se ha convertido en un referente en el sector que traspasa ya las fronteras regionales.
Cuéntanos el origen de la empresa.
El fundador de Bravo y Cía es Fernando Bravo y nos tenemos que remontar a 1989 para contaros los inicios, en realidad unos años antes 1982. Empezó en el sector como agente de una reconocida compañía de seguros, pero el destino y algún desafío familiar le tenía preparado otro camino. Aunque le iba muy bien en esa compañía decidió emprender, solo, desde cero y sin mucho apoyo.
Durante todos esos años de experiencia en el sector asegurador, se dio cuenta de que las empresas y empresarios carecían de un asesoramiento profesional e independiente que velara por sus intereses.
Cuando fundó Bravo y Cía se propuso ofrecer un servicio 100% personalizado y humano, donde los intereses del cliente estuvieran siempre por encima de cualquier cosa.
Bravo y Cía nació en Valdepeñas en el año 1989, pero como es imposible ponerle puertas al campo paso a paso hemos ido creciendo y actualmente contamos con algunas oficinas propias más y una red de colaboradores.
Como tantas otras empresas de todos los ámbitos, Bravo y Cía se caracteriza por ser una empresa familiar, algo de lo que estáis especialmente orgullosos. El relevo generacional es uno de los principales desafíos de las empresas familiares, y el vuestro es un caso de éxito. Son cambios imprescindibles pero delicados, ¿cómo crees que deben gestionarse?
Sí, estamos muy orgullosos de haber transitado este camino con éxito.
Nuestro padre nos ha implicado desde el primer momento en la empresa; casi desde el principio tuvimos nuestro hueco en el consejo de administración y sobre todo creo que el “gran secreto” o como deben de gestionarse los relevos es con una base solida de confianza; confiar, delegar y saber que hay personas nuevas más jóvenes con ideas diferentes y con muchas cosas que aportar, el aire fresco siempre es bueno; también entiendo que cuando creas una empresa dar un paso hacia un lado debe ser muy difícil, pero el relevo, al menos en nuestro caso a radicado en confiar y no tener prisa; nuestro relevo empezó desde el inicio de mi incorporación, por lo que no es de un día para otro y hay que ir paso a paso, crear protocolos, saber diferenciar familia-empresa… los ingredientes de una buena gestión para nosotros, han sido: confianza, paciencia y tiempo.
Estáis altamente especializados en estudiar y gestionar el riesgo en la empresa. ¿Cómo ayuda Bravo y Cía a las empresas en sus decisiones diarias?
Sí, estamos muy especializados en el asesoramiento a empresas; consideramos que la gestión de riesgos debe ser una parte imprescindible en todas las empresas, sin importar el tamaño. Crear junto con los empresarios un plan de contingencias específico y diseñarlo sobre todo a media, es lo que hace que ante un imprevisto importante haya o no continuidad de esa actividad.
Nuestros clientes nos consideran parte de su equipo, somos su departamento de Gerencia de Riesgos externalizado.
Desde Bravo y Cía, ayudamos en la toma de decisiones desde un punto de vista técnico, con la experiencia de 35 años y sobre todo empatizando con cada empresario; diseñamos los programas como si realmente fueran para nosotros y el riesgo fuera de nuestra empresa, solo así te puedes poner en los zapatos de cada empresario y diseñar con cabeza y corazón.
Vuestra empresa siempre ha tenido una relación cercana con distintas asociaciones empresariales, en especial con AJE. ¿Qué crees que aporta pertenecer a estas entidades?
Estamos en diferentes asociaciones, a nivel empresarial y sectorial; además hemos tenido la suerte tanto mi padre como yo de presidir y/o pertenecer a juntas directivas de distintas asociaciones, lo que nos da una visión del trabajo, el esfuerzo y la dedicación que conlleva organizar cualquier evento, formación o networking por sencillo que parezca.
Personalmente, las asociaciones y en concreto AJE, nos aporta apoyo, formación, posibilidad de crear sinergias con otras empresas y la opción de rodearnos de personas “como nosotros” con los mismos retos, las mismas ilusiones o problemáticas parecidas… a veces tu círculo cercano si no pertenece al mundo empresarial, es complicado que te entienda o empatice en ciertas cosas ( esto lo comentaba hace muy poco con una amiga y asociada de Aje ). Estar cerca de otros empresarios siempre suma. Además gracias a Aje tengo grandes amigos que quizás no hubiera conocido de otra forma, grandes personas que siempre están dispuestas a ayudar.
En esta edición del Conecta contamos además con la entrega del Premio Joven Empresario de Castilla-La Mancha. ¿Qué consejo darías a los emprendedores que comienzan su camino en el mundo empresarial?
Que responsabilidad es dar un consejo, pero creo que puede servir este: a veces vas a tener miedo, vértigo y vas a dudar de ti mismo, pero da igual, no te hagas caso en ese momento de incertidumbre, confía en ti, confía en tu proyecto y a pesar del miedo hazlo. Sin riesgo no hay progreso. Puedes fracasar, sí, pero también puedes triunfar, no te quedes con las ganas de al menos haberlo intentado.